Escuchar para sanar: Mi camino como psicóloga con implante coclear

Nací en un mundo de silencio. Mis primeros años viví con audífonos, que me permitía escuchar levemente los sonidos. Fui diagnosticada con sordera profunda desde bebé, y aunque los audífonos me permitieron comunicarme, necesitaba algo más: escuchar todo, la música, el viento, el mar... El día que recibí mi implante coclear, mi vida cambió. Descubrir los sonidos fue un viaje fascinante: el agua corriendo en el grifo, el crujir de las hojas bajo mis pies, el ritmo de una canción.

El implante coclear es un dispositivo que ayuda a las personas con sordera profunda a escuchar. Funciona como un "oído artificial": capta los sonidos del exterior y los transforma en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar como sonido. A diferencia de los audífonos, que solo amplifican el sonido, el implante envía señales directamente al nervio auditivo, permitiendo escuchar incluso a quienes no pueden oír nada de forma natural.

Pero no fue un camino fácil. Aprender a interpretar los sonidos, entrenar mi cerebro para comprender el lenguaje hablado y enfrentar los prejuicios de quienes dudaban de mis capacidades fueron desafíos constantes. Sin embargo, cada obstáculo reforzó mi convicción de que quería dedicar mi vida a algo más grande: ayudar a otros a encontrar su voz, su espacio, su fortaleza.

Hoy, como psicóloga, acompaño a personas que, como yo, han sentido que el mundo no estaba diseñado para ellos. Trabajo con quienes enfrentan barreras, ya sean visibles o invisibles, y les ayudo a descubrir que sus diferencias no los limitan, sino que los hacen únicos. Mi experiencia me ha enseñado que la resiliencia no es solo resistir, sino transformar el dolor en propósito.

Si alguna vez has sentido que el mundo te cierra puertas, quiero recordarte que siempre hay formas de abrirlas. A veces, el camino es más difícil, pero eso no significa que no valga la pena recorrerlo. Lo que nos hace distintos, nos hace extraordinarios.

💙 No dejes que nadie te haga dudar de lo lejos que puedes llegar.